domingo, 11 de noviembre de 2012

La gestión en las entidades sin ánimo de lucro


Todos conocemos las acciones y el trabajo de las Entidades Sin Ánimo de Lucro (ESAL). Quienes nos dedicamos a apostar por una mejora de la calidad de vida de las personas que más lo necesitan, sabemos del buen hacer de muchos profesionales en este ámbito. Las ESAL han servido para complementar la obligación que tienen los poderes públicos de promover y llevar a cabo las políticas sociales. Además, allí donde no llega el Estado están nuestras organizaciones, detectando necesidades, elevando propuestas, diseñando, ejecutando y evaluando sus proyectos con el máximo rendimiento de personas y recursos. 


Desde un punto de vista más amplio la actividad del Tercer Sector se hace imprescindible en un estado moderno. Son las organizaciones las que propugnan más puramente los valores humanos. El objetivo de una empresa es la creación de riqueza. Es verdad, que esa creación de riqueza se puede hacer incorporando ciertos añadidos de valor humano. La Responsabilidad Social Empresarial viene a poner un equilibrio en las empresas entre los resultados económicos y su mejora social. Las ESAL sin embargo, su objetivo fundamental es cuidar y observar esos valores humanos. Es como si se invirtiera el procedimiento, las ESAL utilizan recursos económicos para sus fines de bienestar, y las empresas utilizan el bienestar para la creación de bienes económicos. Por este motivo la conjunción entre ambas formas de actividad es muy buena para la sociedad. 

Sin embargo las ESAL son una realidad económica. Bienes económicos que se adquieren para la consecución de unos fines de carácter social, que deben ser optimizados para conseguir el mayor de los rendimientos. La eficacia, la eficiencia, por supuesto la responsabilidad y la transparencia a la hora de gestionar los recursos económicos están muy presentes en nuestra Entidad.  

La legislación también contempla nuestras organizaciones, no sólo en el ámbito asociativo, desarrollando el derecho constitucional de asociación, sus fines, su organización, sino también en el ámbito económico. La Administración pública tiene herramientas para el control y supervisión de las ESAL. 

Nuestra Entidad declarada de utilidad pública presenta las cuentas anuales seis meses después del cierre de ejercicio en el Ministerio del Interior, informando sobre su actividad en ese período. En el 2007, nos acogimos al nuevo Plan General Contable, apareciendo la adaptación sectorial en el 2011, mediante el Real Decreto 1491/2011 de 24 de octubre por el que se aprueban las normas de adaptación al PGC a las entidades sin fines lucrativos y el plan de actuación de las entidades sin fines lucrativos; la Ley General de Subvenciones y su Reglamento de desarrollo regula todo el proceso de convocatoria, selección y justificación de las ayudas otorgadas. 

Paideia

Asimismo, si la financiación es mediante contrato con la Administración Pública, se rige el proceso por la Ley de Contratos del Sector Público. En el área fiscal, las Entidades declaradas de utilidad pública pueden acogerse al régimen  especial recogido en la Ley 49/2002 de Régimen Fiscal de las Entidades sin fines lucrativos y de los incentivos fiscales al mecenazgo, y así un sin fin de normas que regulan con mayor o menor acierto nuestra realidad económica. 

No pretendo hacer aquí un análisis de la normativa aplicable a nuestras organizaciones, pero sí me gustaría poder superar la reticencia de algunas personas, sobre el modo de utilización de los recursos económicos en nuestro trabajo. Las Asociaciones han evolucionado mucho, nos hemos dado cuenta que para poder cumplir con nuestros fines, es imprescindible sostenernos en una buena gestión, no sólo en el cumplimiento de la legalidad vigente en nuestras acciones, sino buscando medios que evidencien nuestra transparencia. 

La responsabilidad que se tiene en la utilización de los recursos económicos, sabiendo que son los medios útiles e imprescindibles para conseguir nuestros objetivos, debe ser la que debe regir en la estructura de la Entidad. A la hora de consolidar un departamento fuerte  no podemos olvidar que éste debe ser adecuado, sin excedernos por un motivo de coherencia en la utilización de los medios, pero tampoco podemos no llegar a dar una adecuada respuesta en las áreas de gestión de una Entidad, porque acabaríamos derrumbándonos o anclados en un modelo organizativo sin posibilidad de crecimiento.  

Con la realidad económica actual se han vuelto muchas miradas a la gestión de las Entidades, tenemos demasiado protagonismo y no debería ser así. Nuestro papel es posibilitar el trabajo de todos nuestros equipos de profesionales, que hacen llegar a muchas personas esos valores humanos que defendemos por encima de todo. 


        Rosario Belinchón
        Directora de Gestión

Asociación para la Integración del Menor PAIDEIA - Paidea ONG